Buenas prácticas

Planes de lecciones para bebés: Construir un entorno de aprendizaje con una planificación receptiva

octubre 24, 2023

Nunca es demasiado pronto para apoyar intencionadamente el desarrollo y el aprendizaje de un niño. Incluso los bebés (desde el nacimiento hasta los 12 meses) se benefician de experiencias y rutinas planificadas que les ayudan a descubrir nuevas ideas que contribuyen a su desarrollo cognitivo, físico, lingüístico y socioemocional. Como educador de los alumnos más pequeños, tienes consideraciones y oportunidades únicas a la hora de crear un plan receptivo de instrucción intencional en el entorno seguro de tu centro de cuidado infantil.

¿Qué queremos decir con «planes de lecciones para bebés»?

Puedes pensar en un plan de clases como un esquema o plantilla que detalla la enseñanza que impartes durante una semana o un mes determinados. Suele incluir temas específicos de aprendizaje y un calendario de actividades en las que participarán los niños cuando estén en el aula. Sin embargo, los educadores de bebés no pueden enfocar la planificación de las clases para bebés de la misma manera que los educadores que enseñan a niños mayores. Cuidar a los bebés -y planificar el tiempo que pasas con ellos- es un proceso muy distinto. Sin embargo, no es menos intencionado y poderoso que los planes que los profesores de primaria, secundaria y bachillerato hacen para los alumnos a su cargo.

En lugar de diseñar un esquema con temas y actividades específicos en momentos determinados, los educadores de bebés utilizan la planificación receptiva para enseñar mientras cuidan y se preparan para las oportunidades de aprendizaje espontáneas. Cuando planifiques el tiempo que pasarás con un bebé, piensa en formas de apoyar sus rutinas diarias e incorporar experiencias que sean a la vez ricas en oportunidades de aprendizaje y agradables para él. Sé coherente con los comportamientos cariñosos, prestando atención a lo que necesitan los niños y planificando las posibilidades.

¿Qué es la planificación receptiva?

La planificación receptiva es el proceso de identificar las necesidades de los niños pequeños y utilizar esa información para crear un plan que satisfaga esas necesidades y prevea oportunidades de aprendizaje, incluida la consideración de las diferencias individuales de los niños. El proceso se basa en cómo aprenden y se desarrollan los niños. Por ejemplo, a las seis semanas un bebé demostrará habilidades muy diferentes a las de un niño de 6 meses. Un plan receptivo para lactantes también tiene en cuenta varios elementos clave del entorno de aprendizaje, el horario y el compromiso familiar.

  • Rutinas diarias: Los bebés tienen actividades diarias, como cambiar pañales, alimentarse y vestirse, que ocupan gran parte del día. Un plan receptivo garantiza que se satisfagan estas necesidades aprovechando al máximo el tiempo dedicado a las rutinas diarias.
  • Cuidados y enseñanza: Los educadores que proporcionan cuidados intencionados crean oportunidades de aprendizaje a partir de rutinas diarias y experiencias atractivas.
  • Entorno físico: Un plan receptivo tiene en cuenta cómo influirá el entorno físico de una guardería en la sensación de seguridad de los niños, así como en su capacidad de aprender y desarrollarse de forma saludable.
  • Estructura de cada día: La estructura de un día incluye las rutinas diarias de los niños y las muchas transiciones del día, junto con tiempo para experiencias significativas, como disfrutar de libros y cuentos y pasar tiempo al aire libre.
  • Participación familiar: Un plan receptivo también tiene en cuenta cómo establecer relaciones positivas y mejorar la comunicación con las familias.

¿Qué aspecto tiene la planificación receptiva?

La planificación receptiva permite a los cuidadores fomentar las habilidades y capacidades de los bebés a medida que satisfacen sus necesidades únicas. Como práctica docente, la planificación receptiva orienta la forma en que los cuidadores abordan el desarrollo y el aprendizaje de los bebés, el entorno de aprendizaje y sus relaciones con las familias de los niños.

Establece una base temprana para el aprendizaje

Los bebés experimentan varios hitos durante los 12 primeros meses de su vida. Están aprendiendo cada día sobre sí mismos y sobre las personas y el mundo que les rodean. Un plan receptivo permite a los cuidadores guiar a los bebés para que sigan desarrollándose de forma saludable, sentando una base de aprendizaje que les servirá de apoyo cuando crezcan. Los niños pequeños que tienen experiencias positivas de aprendizaje durante sus años formativos de desarrollo tienen más probabilidades de tener enfoques positivos del aprendizaje en el futuro.

Un plan receptivo y eficaz para los bebés de tu guardería fomenta el desarrollo de los niños en los siguientes ámbitos.

Desarrollo socioemocional

Los bebés que desarrollan habilidades socioemocionales identifican y gestionan sus sentimientos y aprenden a establecer relaciones con otras personas. Con una planificación receptiva, puedes crear una atmósfera cálida y atenta que ayude a los bebés a expresarse, sentirse incluidos y tener interacciones positivas en tu aula. He aquí ejemplos de habilidades socioemocionales que suelen mostrar los bebés pequeños y móviles:

    • volviéndose hacia algo que les gusta,
    • alejarse de algo que les disgusta,
    • estudiando las caras de personas conocidas, y
    • se pone ansioso cuando se separa de personas conocidas.
Desarrollo físico

El desarrollo físico se refiere a la capacidad del lactante para moverse y utilizar las habilidades motoras gruesas y finas. Como las capacidades físicas de los bebés cambian con el tiempo, la planificación receptiva permite a los cuidadores adaptar las rutinas y actividades para que los niños pequeños puedan moverse y mantenerse seguros mientras exploran su entorno. Algunos ejemplos de habilidades físicas son

    • darse la vuelta sobre la espalda o el estómago,
    • alcanzar objetos,
    • pataleando y gateando,
    • subirse a los muebles, y
    • agarrarse a los muebles al andar.
Desarrollo de la lengua

Los bebés entienden más de lo que pueden decir, y utilizan sonidos para comunicarse con las personas que les rodean. Los cuidadores pueden fomentar el desarrollo de las habilidades lingüísticas de los bebés hablándoles durante las rutinas diarias, como el cambio de pañales y la hora de comer. Un plan receptivo reconoce el valor de estas interacciones cálidas y dedica tiempo a la conversación. He aquí ejemplos de habilidades lingüísticas que podrían demostrar los niños de tu clase:

    • gorgoteo,
    • arrullo,
    • chirridos, y
    • gesticulando para pedir algo que quieren.
Desarrollo cognitivo

El ámbito cognitivo se refiere al desarrollo del cerebro de un bebé. Crear un entorno receptivo en tu guardería ayuda a los niños pequeños a aprender sobre el mundo y a explorar cosas que les inspiran y despiertan su curiosidad. Algunos ejemplos de habilidades cognitivas son

    • notar diferentes texturas, como cuando exploras objetos blandos y duros o lisos y rugosos;
    • comprender la causa y el efecto, como reconocer que tirar de una cuerda hace que el juguete atado a la cuerda se mueva; y
    • anticipar acontecimientos, como cuando un bebé reacciona al ver a un cuidador recoger un pañal.

Crea un entorno de aprendizaje atractivo

Es probable que los bebés que se sienten cuidados en una guardería respondan positivamente a tu instrucción. Piensa en los bebés de tu clase. ¿Qué les interesa? ¿Qué les gusta y qué les disgusta? ¿Cuáles son sus puntos fuertes de desarrollo y qué habilidades requieren más apoyo mientras los niños las practican? Los planes receptivos reflejarán los puntos fuertes, las necesidades y los intereses únicos de los bebés de tu guardería y adaptarán el entorno de aprendizaje según sea necesario.

Un entorno de aprendizaje seguro, acogedor y organizado es necesario para dar a los bebés la seguridad que necesitan para explorar y aprender, pero una atención intencionada al entorno de aprendizaje, incluido el entorno físico y el horario diario, fomentará el aprendizaje individual de los bebés. Por ejemplo, si un niño demuestra que disfruta mucho con una actividad de cucú arrullando y riendo, puedes optar por repetir esa actividad al día siguiente o incorporarla a sus rutinas habituales. Responder a los intereses de los niños te ayudará a desarrollar relaciones de confianza y a encontrar formas de animarles a practicar otras habilidades.

Apoya las relaciones positivas con las familias

La planificación receptiva puede ayudarte a establecer relaciones positivas en tu aula, tanto con los niños a tu cargo como con sus familias. Los bebés pasan casi tanto tiempo contigo como con los miembros de sus familias, y las conexiones significativas entre cuidadores y familias pueden facilitar las transiciones entre el hogar y tu programa y fomentar el aprendizaje de los niños.

Desarrollar vínculos seguros y asociaciones significativas

El entorno físico de una guardería es diferente al que los bebés están acostumbrados en sus propios hogares. También te están conociendo por primera vez, lo que significa que es un momento fructífero para utilizar la planificación receptiva para generar confianza y ayudar a los bebés a desarrollar vínculos seguros contigo.

Las familias pueden ayudarte a establecer rutinas que apoyen a sus hijos. Una planificación receptiva que utilice los conocimientos de las familias sobre sus hijos demuestra que respetas a las familias como primeros maestros de sus hijos, y los niños pequeños que observan que sus familias tienen interacciones positivas contigo pueden sentirse más seguros a tu cuidado.

Obtén información valiosa y fomenta el aprendizaje de los niños

Cuando las familias confían en ti, es probable que compartan información sobre sus hijos que puede influir en los cuidados que les prestas. Por ejemplo, una familia puede decirte cuándo un bebé se ha vuelto más móvil en casa, dando patadas con las piernas y alcanzando objetos. Esto te permite esperar más movilidad cuando le cambias el pañal y le pones la ropa y considerar cómo apoyar sus capacidades con experiencias de aprendizaje.

Los niños también se beneficiarán de recibir cuidados constantes en casa y en un programa de guardería. Un plan receptivo para el cuidado de los niños incorpora información de las familias sobre sus capacidades, preferencias y hábitos. Cuanto mejor conozcas las necesidades e intereses únicos de cada niño de tu clase, más podrás individualizar tu instrucción para beneficiar a todos los pequeños alumnos.

¿Cómo puedo crear un entorno de aprendizaje que apoye la planificación receptiva?

Sigue estos pasos para crear un entorno de aprendizaje que te ayude a utilizar la planificación receptiva para proporcionar una enseñanza intencionada a los bebés de tu programa de guardería o centro de atención infantil.

Prepara el espacio físico.

Cuando los niños pequeños están en tu aula, deben sentirse bienvenidos, seguros e incluidos. Un espacio físico organizado te permite supervisar a cada niño y llevar a cabo las tareas de tu trabajo con eficacia. Designa espacios en tu aula para las rutinas diarias y las experiencias significativas.

Rutinas diarias

Las rutinas diarias te brindan la oportunidad de crear y mantener interacciones positivas con los niños, lo que te facilita el establecimiento de relaciones significativas. Crea un entorno físico en tu aula que te permita llevar a cabo estas rutinas sin perder de vista a los demás niños a tu cargo.

    • Saludos y despedidas: Elige un espacio cerca de la puerta principal para saludar y despedirse de los niños y sus familias. Los niños pueden empezar a reconocer que ese espacio es donde se despedirán de sus familias al dejarlos y se reunirán con ellas al final del día.
    • Cambio de pañales: Utilizarás la zona de cambio de pañales con frecuencia a lo largo del día, así que elige un lugar cómodo donde puedas guardar los suministros, como pañales, toallitas húmedas y productos higiénicos. Evalúa el lugar para asegurarte de que puedes supervisar a otros niños mientras atiendes a un bebé en el cambiador.
    • Dormir: Como los bebés a tu cargo pueden tener horarios de sueño diferentes, reserva una zona tranquila de tu aula para dormir. Asegúrate de que tienes espacio suficiente para las cunas y piensa en cómo puedes hacer que las luces sean más tenues en esta zona durante la hora de la siesta.
    • Comer: Una zona adecuada para comer te permite alimentar a los bebés sin distracciones de otros niños en la habitación. Elige un lugar para comer que esté separado del lugar donde cambias los pañales.
Experiencias significativas

El entorno de una guardería también requiere espacio para el juego intencionado. Designa una zona segura para que los niños pequeños participen en actividades apropiadas para su desarrollo y exploren cosas nuevas mientras practican sus habilidades socioemocionales, físicas, lingüísticas y cognitivas.

El juego intencionado también puede tener lugar al aire libre. Piensa en cómo organizar el entorno físico fuera del aula para que los niños puedan hacer descubrimientos de forma segura.

Selecciona los materiales adecuados.

Mejora las experiencias de aprendizaje en tu aula eligiendo materiales que sean seguros y adecuados para el desarrollo de los bebés mientras juegan. Por ejemplo, podrías exponer una selección de juguetes blanditos, que permiten a los bebés practicar su motricidad fina, sentir diferentes texturas y admirar distintos colores. He aquí otras características que debes tener en cuenta al buscar materiales.

Nivel de destreza

Supongamos que cuidas a bebés que se encuentran en distintas fases de desarrollo, como uno de 3 meses y otro de 11 meses. Busca juguetes que respeten las habilidades individuales de cada niño. Por ejemplo, es probable que a un bebé de tres meses le guste un peluche suave al tacto y que reproduzca música al apretarlo. Un bebé de 11 meses podría inclinarse por un andador que le ayude a mantener el equilibrio mientras se desplaza por la zona de juegos. Encontrar materiales para todos los niveles de habilidad te permite individualizar los cuidados.

Favoritos

Observa cómo interactúan los niños con los materiales que has elegido. Determina si los juguetes animan a los niños a moverse o a comprender la relación entre los objetos. Si has observado que un juguete es popular entre los niños, considera la posibilidad de proporcionarles varios del mismo juguete para que todos tengan la oportunidad de jugar con él. También puedes pedir a las familias que identifiquen los juguetes con los que más juegan sus hijos en casa, de modo que puedas exponer artículos similares en tu centro de atención infantil.

Toques hogareños

Los niños pequeños aprecian estar en un entorno con objetos que les recuerden a su hogar. Por ejemplo, un bebé móvil puede disfrutar jugando con una olla con tapa a juego porque la reconoce como uno de los objetos que su familia utiliza en la cocina. Piensa en formas de añadir un toque hogareño a los materiales de tu aula.

Haz un plan diario.

Crea una estructura para cada día en tu programa de guardería para que el entorno de aprendizaje sea coherente y receptivo. Sin dejar de ser flexible y teniendo en cuenta las posibles interrupciones a lo largo del día, puedes hacer un horario diario para mantenerte organizado mientras trabajas.

Reserva tiempo en tu horario para las rutinas diarias. Por ejemplo, puedes reservar 30 minutos para saludar a los niños y a las familias, lo que te permitirá tener interacciones positivas para empezar el día. Recuerda que las interacciones uno a uno, incluidos los cambios de pañal y ayudar a los niños a vestirse, presentan oportunidades para que introduzcas nuevos temas y para que los niños practiquen sus habilidades socioemocionales, lingüísticas, físicas y cognitivas.

Además, deja espacio en tu plan diario para las experiencias, permitiendo que los niños jueguen solos e interactúen en pequeños grupos. Piensa en tu horario desde la perspectiva de los niños y permíteles dirigir el ritmo.

Reflexiona y adáptate.

Una parte de la planificación receptiva es la autorreflexión. Recuerda lo que ocurrió en tu clase un día determinado e identifica formas de mejorar el entorno. Evalúa el entorno físico, los materiales que proporcionaste y el horario que seguiste. ¿Disponías de tiempo y espacio suficientes para llevar a cabo las rutinas diarias? ¿Eran apropiados los materiales para los bebés durante el tiempo de juego? ¿Deberías rediseñar el espacio para adaptarlo al aumento de movilidad que observaste en los niños?

A medida que establezcas relaciones más profundas con los niños y sus familias, tendrás más información sobre cómo adaptar tu plan para responder mejor a las necesidades e intereses de los niños. La reflexión te informa sobre cómo cambiar tu enfoque a medida que los niños a tu cargo siguen desarrollándose.

En nuestro plan de estudios para bebés, niños pequeños y niños de dos años, tendrás acceso a las Experiencias de Enseñanza Intencional, que son guías para vivir experiencias positivas con los niños pequeños y ser intencional al cuidar de ellos. Considera la posibilidad de explorar estas guías mientras reflexionas sobre tu día para aprender a responder mejor a las necesidades de los bebés en el futuro.

Cuando crees un entorno receptivo en tu guardería, consulta los recursos de El currículo creativo para bebés Este plan de estudios está diseñado para programas que atienden a bebés de 6 semanas a 12 meses.